Hoy en Dramaturgia I:
Según la dramaturgia
clásica (s. V – s. XIX) entendemos lo siguiente:
PROTAGONISTA:
El conformista no es
protagonista
El protagonista no modifica su
propósito, tiene un objetivo claro.
El protagonista es alguien que ama, que
desea, que cree que otro mundo es posible.
Hace falta mucho valor y
capacidad física para enfrentar el riesgo. Considerable
fuerza mental y física.
Durante un largo periodo de la historia
los protagonistas son personajes jóvenes y fuertes.
El personaje protagonista tiene que
creer en lo que hace porque si duda se para y no actúa. La duda no
puede extenderse. El personaje protagonista tiene derecho a la duda
pero siempre que le sirva para decidir. De ese modo el personaje
tiene la experiencia de la duda.
Ser protagonista no es un camino de
rosas, significa ser capaz de enfrentarse a las dificultades y
escollos del camino. Ese escollo no para al protagonista, una vez superado
sigue su camino. El protagonista es un personaje que no se rinde, cree
firmemente.
El ser protagonista no está ligado
a la naturaleza moral de las acciones
Un asesino puede ser protagonista, un
envenenador, un villano... (El teatro de Shakespeare nos ofrece
muchos ejemplos)
La pregunta es ésta ¿quién mueve la
acción de principio a fin?
En la dramaturgia clásica el personaje
protagonista suele tener una extensión verbal significativa mayor.
LOS AUTORES NOS DAN ESTAS PISTAS PARA
CONOCER A SU PROTAGONISTA:
- Los títulos de las obras eran
antiguamente el nombre del protagonista
Ejemplo: Ricardo III. (Está dispuesto
a todo por ser rey. “El universo contra mi”); Amelie
2. El personaje protagonista es el que transita por más lugares diferentes.
Luchar por algo supone moverse, salir
de casa. El protagonista no se para y accede a lugares peligrosos.
Ejemplo: Antígona
3. Aquel que tiene relaciones con más
dramatis personae. Aquel que tiene mayor número de
conexiones
Ejemplo: Amelie
CONSEJOS PARA CREAR UN PERSONAJE
PROTAGONISTA (Siguiendo las reglas de la dramaturgia clásica) :
Consejo: no hacer personajes con
culpabilidad y queja
El p.p. (personaje protagonista)
requiere fuerza. Cambiar el mundo implica mucha energía. Con la
enfermedad no se pueden enfrentar retos
No enloquecerlo. Las enfermedades
mentales pueden tener cualidades paralizantes. La locura supone una
perdida de relación entre realidad y lenguaje. La locura, emergencia
de realidades paralelas ¿qué es producto del mundo y qué del mundo
real? De momento, desprendernos de las patologías mentales
No aislemos al p. p. porque en ese
caso tiene mucha dificultad, si lo encerramos lo inmovilizamos.
Si el p. p. no tiene relaciones, no
puede hacer nada. Debe tener contacto con otros.
El p. p. viene a cambiar. El loco no
transforma porque está en el pasado, en el recuerdo y no en el
presente. El único lugar donde podemos cambiar el mundo es en el
presente.
EL SIGLO XX Y LA FIGURA DEL PERSONAJE
PROTAGONISTA
Tras el siglo XIX hemos empezado a
dudar de la capacidad humana para cambiar el mundo (dos guerras
mundiales, Hiroshima, Nagasaki...)
Los movimientos totalitarios se
caracterizan por usar un lenguaje persuasivo. “creer, obedecer,
combatir”, lema del fascismo italiano.
En este tiempo emergen preguntas como
¿qué puedo hacer yo?
Samuel Becket dice que parte de su
teatro se caracteriza por esta frase “no sé”
Encontramos estructuras dramáticas
clásicas en los videojuegos actuales. Un personaje protagonista de
principio a fín, que mueve a la acción y capaz de superar las
dificultades. Pura poética aristotélica. Arquetipo del guerrero.
La dramaturgia moderna empieza a
emerger con Chejov.
Los personajes protagonistas en contra
de la dramaturgia clásica se caracterizan por
enfermedad
locura
aislamiento
Arthur Miller en
La muerte de un viajante nos presenta personajes protagonistas cansados. En el siglo XX
empiezan los personajes que se están muriendo y miran atrás. Es
recurrente el FLASHBACK (En busca del tiempo perdido)
El gran objetivo ahora es entenderse.
Frente al objetivo clásico de cambiar el mundo ahora prevalece el de
conocerse.
Fuerte desarrollo de conflictos
internos. En dramaturgia el conflicto interno es muy difícil de
mostrar en escena. Es más fácil A quiere algo de B, pero B no se
lo quiere dar.
LA LOCURA, UNO DE LOS GRANDES TÓPICOS
DEL SIGLO XX
Foucault: Historia de la locura
Foul: el que se esconde tras la locura
para decir la verdad
Mingus Cuernavaca de Enzo
Cormann contradice todas las normas de la dramaturgia clásica. Es la
agonía de un hombre enfermo.
La dramaturgia requiere un
entrenamiento. El dispositivo del drama se entrena.
ANTAGONISTA:
Presentan dificultad u oposición al
propósito del protagonista. Está en lucha, en pugna con el
antagonista. Un antagonista quiere que las cosas sigan como están,
que nada cambie. Su propósito es quedarse como está. El antagonista
desea permanecer en el status quo en que se encuentra.
Desconfía de toda tentativa de cambio. El antagonista en algún
momento del pasado fue protagonista pero una experiencia traumática
le hace cambiar de planteamiento vital. Los antagonistas no se oponen
por capricho. Hay que dotar de razones a estos personajes. Mantener
también supone conservar la vida.
Los antagonistas creen que su posición
está fundada en el sentido común, mientras que el protagonista
piensa que lo está en el miedo.
El antagonista percibe como amenaza al
protagonista que introduce cambio.
Un protagonista, varios antagonistas.
El protagonista ve el cambio como
esperanza; el antagonista como amenaza
Puede pasar que el antagonista tema el
desastre
LA POSICIÓN EN EL ESPACIO también
indica la condición de ptota o anta. El que ya está suele ser el
antagonista, el protagonista es el que entra o llega, el que hace el
esfuerzo de entrar y salir.
El protagonista desea y el antagonista
se opone, como una piedra en el camino.
La estocada tiene que dar pie a la
batalla
Hay ocasiones en que el antagonista
llega a creer que es protagonista.
El texto es depositario de subtexto
La persuasión es una estrategia del
antagonistas. Ejemplo: Yocasta le dice a Edipo que le quiere bien,
pone en valor el amor que siente por él
RECOMENDACIÓN: el camino para la
complejidad es la sencillez